viernes, 15 de junio de 2012

Cuándo no castigar a los niños





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Si está cansado, malito...

Saber cómo castigar a un niño no es fácil. La reprimenda está prohibida en estas circunstancias.




Hay muchos tipos de castigo para intentar enmendar la mala conducta de los niños. Sin embargo, hay tres que son totalmente desaconsejables:

- El castigo físico que, además, está penado por la ley.

- El sancionador, que supone la retirada de privilegios como dejar al niño sin postre, o las reprimendas pues dañan la autoestima y alientan la mentira en los pequeños.


- Los humillantes, como ponerle de cara a la pared o hacerle copiar 100 veces “eso no se hace”, pues causan daño emocional y no reparan la actitud negativa.

Pero, además, hay determinadas circunstancias en las que un niño no debería ser castigado:

- Si está enfermo, pues puede mostrarse especialmente irritable.

- Si no ha tenido mala intención o lo ha hecho sin querer.

- Cuando no tengas claro si él es el autor de la travesura.

- Cuando se produzcan acontecimientos extraordinarios en su entorno, como un divorcio, un cambio de domicilio, la muerte de un familiar…

- Cuando ya le hayas castigado por el mismo motivo.

- Cuando está muy asustado y arrepentido por lo que ha hecho.

- Si está cansado, tiene hambre o sueño, pues no responderá ni a tus avisos ni a tus reprimendas.

- Si nosotros no estamos delante cuando cometió la infracción. Son los adultos que se encontraban con él quienes deben hacerlo.
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